Antes de que cualquier
disociado escuálido venga a decirme, que está bien echo lo que me sucedió y que
trate de incitarme a decir cosas en contra del Gobierno, les advierto que soy
un revolucionario hasta la médula, es decir soy un CHAVISTA CONVENCIDO! que
jamás se pondría del lado de los que hoy pretenden dejarnos sin Patria y
entregar el país a los oscuros y mezquinos intereses del capitalismo.
Discúlpenme si sueno
arrogante no soy un diplomático, ni tampoco un intelectual para decir las cosas
bonitas; la verdad es la verdad, aunque la mía no sea la absoluta; pero tampoco
lo es, la de los que intentan a través de artimañas y prácticas contrarrevolucionarias
ponernos a los chavistas probados contra la pared por un salario, y más aún, a
sabiendas de que pase lo que pase nosotros vamos a levantar la voz, así eso nos
cueste lo que nos cueste.
“Con la verdad ni ofendo ni
temo”. Para mi la verdad es un muro donde chocan los inmorales, los antieticos, los que no tienen la razón y los que estan disfrazados de chavistas en la revolución.
Luego de 6 meses de combate,
en contra de una gestión que extrañamente fue dando un giro hacia la derecha,
convirtiendo la institución donde trabajo en una especie de sequito
empresarial, donde los gerentes son más importantes que los trabajadores, aun y
cuando son estos últimos los que cargan sobre sus hombros el peso del trabajo;
el director ejecutivo ha decidido “despedirme” luego de 3 años y un poco más, de
Fundelec (empresa adscrita al Ministerio de Energía Eléctrica), cumpliendo así
con el objetivo que se había trazado meses anteriores.
En otros tiempos, cuando a
un trabajador lo despedían del trabajo; quitándole el sustento para sus hijos;
la tristeza y la incertidumbre lo embargaba y entraba en una especie de
despecho laboral, ante la certeza de saber que no había forma ni manera de
pelear por sus derechos laborales porque el gobierno, era el primer cómplice
del empresariado privado y alzar la voz en contra de los “jefes” le valdría
unos cuantos baños de la ballena, unos peinillazos de la policía y hasta unos
cuantos meses presos, por levantarle la voz a sus “superiores”.
Afortunadamente, estamos en
tiempos de revolución y los trabajadores sabemos hasta donde llegan nuestros
derechos, como ejercerlos y como defenderlos, gracias a Hugo Chávez!
No me sorprende en nada, que
una persona con “muchos estudios” o “estudiado” como diría mi mamá, tenga una
actitud clasista y burguesa; porque los que en los años 70,80 y 90 lograron
sobresalir sobre el resto de la población, se creyeron (algunos, no todos los
casos) la tapa del frasco y pensaron que un título les daba el derecho a ser más
que los demás o a creerse más que su prójimo, pero no es su culpa; la
responsabilidad es del capitalismo que durante años nos ha vendido el
individualismo y la famosa “superación personal” como lógica del ser humano; y
deslastrarse de ello implica un trabajo complejo.
Lo que si me sorprende o
mejor dicho molesta, es que estando nosotros construyendo un modelo distinto al
capitalismo, tengamos gente como esa (escuálidos y opositores) dirigiendo
instituciones en un gobierno que lleva 17 años luchando en contra de su más
acérrimo enemigo, el cual no permitiría jamás que un militante de la izquierda,
llegue a ser jefe, ni director de ninguna oficina, en un gobierno capitalista.
Preguntemos a Trump, Temer o
a Macri si tendrían a un socialista en su gobierno o quizás pregúntenle al
asesino Capriles si uno de sus directores en la gobernación es chavista.
Esta más que probado y
demostrado, que cuando un opositor llega a ser director, gerente o “jefe” como
le gustan que los llamen, de una institución del gobierno que promueve valores
distintos a los que les inculcaron, su accionar siempre va a ser en contra de
los intereses de ese modelo de gobierno, si este dice A el opositor dice B, si
el gobierno dice eficiencia, el opositor dice ineficiencia, si luchamos contra
el burocratismo el opositor lo emplea como mecanismo para destruir al gobierno,
y poco a poco va socavando las bases sobre las que se sustenta aquel gobierno,
para luego celebrar su caída y cumplir así con su cometido.
Sí, fui despedido de mi
trabajo y que! No me pondré a llorar en una esquina, porque me asiste la razón,
y al igual que un montón de camaradas que también han pasado por esta situación
(incluso algunos somos reincidentes), me llevo la satisfacción de haber hecho
lo que me correspondía hacer y no era otra cosa que denunciar a un director que
de la boca pa´ fuera dice ser chavista, pero hacia adentro es un completo
burgués, clasista, escuálido y opositor (valga la redundancia) que ve a los trabajadores como una clase
inferior a la que él pertenece.
Me dijo un gran maestro al que
aprecio mucho, que aprendiera hacer la política del ascensorista, un día estas
abajo, otro día en el medio y otro en lo más alto, por ahora, estoy fuera del
edificio! Pero tengo la plena seguridad que volveré a entrar y continuaré
haciendo revolución!
No se trata de pelear por un
salario, sino por la dignidad que como ser humano tengo, por la moral de
revolucionario y por la razón que me asiste; pero más allá de eso, se trata de
no permitir que personajes como estos sigan ocupando cargos para joder a los
revolucionarios y también a la revolución bolivariana, socialista y chavista.
Si lo seguimos permitiendo,
como vamos a levantarle el ánimo a los trabajadores?
Hermano Nicolás! Hay que
declararle la guerra a muerte a la ineficiencia, la ineficacia, el burocratismo,
el sectarismo, el nepotismo y también al escualidismo disfrazado de
revolucionario que ocupan cargos de dirección; porque son precisamente estos
los que alimentan y fortalecen, estos vicios dentro de las instituciones, que
día a día, debilitan las bases de esta fortaleza que comenzó a construir
nuestro amado Chávez y que hoy tu continuas.
Lo dijo Chávez: “En la revolución no podemos tener
escuálidos dirigiendo instituciones ni mucho menos en puestos claves; sería una
bomba de tiempo”
@AbrahamPetare1
Militante del Psuv