Vemos
claramente entonces que ambos términos son distintos y mas allá; su
significado dista mucho uno del otro, sobre todo porque la disciplina
quien la invoca debe tener moral para hacerlo o al menos parecerlo;
en nuestra Revolución y sobre todo en nuestro Partido muchos se han
dedicado a ejercer el sometimiento sobre otros para hacerlo sumisos a
sus juicios sin importar la consecuencia que pueda acarrear esta acción en el futuro venidero de nuestro proceso el cual demás esta
decirlo no solo tiene que combatir este tipo de situación sino que además debe luchar férreamente con los que disfrazados de
rojo rojito ejercen cargos de dirección y ya sabemos las
consecuencias de lo que en su mayoría son amiguismos.
Hoy
cuando la situación del país es una especie de campo de guerra donde
los apátridas destruyen y destrozan todo cuanto encuentra a su paso y
los patriotas salimos pacíficamente a la defensa de la patria que nos
lego el Comandante Chavez, es preocupante ver como algunos que por
circunstancia de la vida y la revolución se encuentra en posiciones
dirigenciales, se empeñan en tener a su alrededor una partida de
sumisos y sumisas que aplauden todo cuanto se le ocurra al jefe solo
para mantener su status quo o por mantener el quince y ultimo; pero
lo peor son esos los que en la mayoría de las veces llaman
indisciplinadas o indisciplinados a los que difieren del juicio del
jefe o jefa.
Chavez
nos dijo en la 1era Linea de las 5 Lineas estratégicas: “a pesar
de haber
logrado preservar una amplia mayoría en la Asamblea
Nacional en
las últimas elecciones parlamentarias, los resultados
pusieron en
evidencia algunas fallas en el funcionamiento del PSUV y
su vinculación con la base social de apoyo
a la Revolución.
Entre
las posibles causas de
esta situación, podemos verificar, en mayor
o menor medida,
algunas actitudes o desviaciones características de
los partidos tradicionales, tales como el
burocratismo, el
oportunismo, el
sectarismo, el nepotismo y el gradual alejamiento de
la base social
bolivariana, resultantes de la persistencia de la
“cultura capitalista”
en el seno de la sociedad.
Esta
cultura es reproducida
a lo interno del Partido, y se expresa en que
algunos sectores lo
conciben como un medio para el
“ascenso
social” de los y las militantes con responsabilidades
de dirección
a distintos niveles.
Algunos
camaradas se consideran líderes absolutos e indiscutibles en sus
espacios, y asumen
la discrecionalidad de excluir del
Partido, y
hasta de la Revolución,
a quienes se atrevan a diferir o a
disentir de ellos y ellas.
De
acentuarse este tipo de
comportamiento, el PSUV podría
terminar
convertido en un partido/iglesia, una suerte de “guía de
las
masas incultas”, que considera a sus militantes y a las diversas
formas de organización popular
como simples correas de transmisión
de la línea indiscutible de los
nuevos “sacerdotes”.
De
seguirse
este camino, estas prácticas debilitarán la base social
de apoyo a la
Revolución Bolivariana”.
Estas
palabras seguramente retumbaran en la conciencia de quienes pretenden
por caprichos excluir a camaradas que por posturas y criterios
distintos se han convertido en una especie de problemas para los que
bajo la practica adeca-copeyana se creen dueños o dueñas de la Revolución y como bien lo decía Chavez: “ De acentuarse
este tipo de
comportamiento, el PSUV podría
terminar convertido en
un partido/iglesia, una suerte de “guía de
las masas incultas”,
que considera a sus militantes y a las diversas
formas de
organización popular
como simples correas de transmisión de la
línea indiscutible de los
nuevos “sacerdotes”.
Me decía una compatriota: “prefiero ser una excluida útil que una
incluida inútil” vaya que expresión tan llena de fuerza y de
firmeza, pero no es esto lo que la mayoría aspiramos dentro de
nuestro proceso; queremos combatir la sumisión porque aunque no se
hable de ello mucho daño ha hecho y por el contrario aceptamos la
disciplina en el marco de la moralidad y no del chantaje que intentan
algunos sobreponer por encima del debate, la discusión y el
entendimiento. Eso no fue lo que nos enseño Chavez, cuando levanto
su voz en el año 92 en contra del corrupto gobierno de CAP, menos en el 2002 cuando levanto su voz en
contra de los infiltrados de Pdvsa carajo!
Quien
no tenga la capacidad de sentarse a conversar con un o una camarada
para contrastar ideas, diferir en los criterios, debatir las
diferencias y consensuar las decisiones no puede estar dirigiendo
nada en nuestra Revolución porque nunca podrá ganarse el respeto de
los y las revolucionarias ni tampoco lograra llevar a nuestro proceso
a un nivel superior que exige cada día mas “elevarnos como willy”
para que las discusiones entre propios y extraños sean contundentes
y argumentadas.
¡¡¡
SI a la Disciplina, NO a la Sumisión!!!
Abraham
Aparicio
Militante
del Psuv
@AbrahamPetare1